BRUNA BONINO (editato por)
Entrevista
Quién es Cecilia?
Cecilia es una mujer nacida en un contexto de marginación socioeconómica, quinta de siete hermanos, hija de una excelente modista empírica y de un artesano. Debido a la difícil situación económica debió interrumpir sus estudios, vinculándose a diversos espacios comunitarios, a partir de los cuáles encontró su vocación de servicio. Durante 15 años estuvo vinculada a la Comunidad Religiosa Institución Javeriana, y en esos años realizó los estudios universitarios en Psicología Social Comunitaria. Después de esta larga experiencia espiritual y comunitaria termina sus estudios en el 2009. Actualmente trabaja en un Centro Comunitario, en un barrio con un contexto muy difícil y peligroso en Cali, Colombia y continúa en su exploración artística.
¿Cómo te acercaste a pintar?
«Mis inicios en la pintura fueron muy esporádicos, laboraba en un Centro de Promoción y Cultura en un barrio popular de Bogotá y se realizaban diferentes actividades artísticas, allí empecé a pintar los carteles para la publicidad. Después el equipo empezó a realizar murales en el sector y había una compañera que me enseñó los primeros pinitos en la pintura, realizar el difuminado con acrílico y poco a poco fui soltando la mano y los colores se fueron fusionando hasta que un día conseguí pasar de un tono a otro sin que se notara el paso. Fue algo emocionante para mí, pues las pequeñas cosas siempre me producen un gozo infinito. Después estuve como misionera en una zona de desplazamiento en el Urabá Antioqueño y empecé a enseñarles a los jóvenes lo poco que sabía. Allí inicia mi proceso, cuando una persona que sabía de arte, vio dos cuadros míos en la pared sin enmarcar y me sugirió que los enmarcara que eran bonitos y esta misma persona, una artista española me sugirió que le enseñara la técnica, cosa que me producía asombro porque ella era toda una artista. Pues bien, con Susana Hidalgo, inició mi motivación y cambió mi mirada artística. Descubrí que yo solo pintaba para la gente que quería, que me daba mucho placer pintar, me alegraba ver el efecto y las reacciones de las personas cuando pintaba y sentía que mis pinturas producían vibraciones armónicas en la gente que las observaba. Armonía, color y movimiento me definen, los cuatro elementos aire, fuego, tierra y agua me inspiran y las figuras femeninas me impulsan. Ahí le empecé a dar un sello propio a mis pinturas: mujeres que danzaban sin límite de espacio, con la libertad que seguramente yo añoraba, con la suavidad y la sutileza que habían sido esquivas para mí».
¿Has asistido a algunas escuelas pictóricas?
«No, en Colombia el arte esta subvalorado, no se puede vivir con la pintura y el arte y menos si has nacido en un ambiente popular, donde las posibilidades son mínimas; y tampoco descubrí mis habilidades pictóricas en mi adolescencia o juventud… todo ha sido una exploración tardía».
¿Sus obras están inspiradas por pintores?
«No, mis obras están inspiradas por mi sentimiento interior, por la amistad y busca trasmitir armonía, paz, equilibrio, vibraciones, movimiento y significan profundidad, totalidad, integración. Siempre me preguntan la influencia que tengo y nunca sé responder porque quiero ser Yo y mi Universo interior el que exprese lo que siento, vivo y pretendo; busco no estar condicionada por la experiencia y la vida de otros autores y sus mundos que son muy de ellos, siempre he pretendido no encasillarme y tal vez por eso inconscientemente, no he asistido a ninguna escuela de pintura».
¿Qué significado le das a tus obras? Deben saber cómo comunicar un mensaje?
«Esto es muy subjetivo, todo en el universo comunica algo, el cosmos está lleno de mensajes, todo depende de la mirada del otro, pero más que comunicar, busca trasmitir alegría, deseos de salir, volar, elevarse, de extasiarse en la danza multicolor, donde claros y oscuros se encuentran, se conectan, se comunican venciendo la dualidad y generando profundidad, movimiento y armonía. Creo que en mis obras busco comunicar y encantar; el movimiento comunica, la danza de los colores produce encantamiento y regocijo».
¿Qué técnicas usas?
«Mi técnica es el acrílico; he logrado encontrar una conexión profunda con la textura y el color y lo que para muchos es difícil, para mí resultó ser como una caricia; cuando pinto, pienso en eso y aunque el pincel sea grueso y tosco, logro sacar de él la mayor sutileza».
¿Cuánto tiempo dedicas a pintar?
«Muy poco, me encantaría dedicar todo el tiempo pero estoy envuelta en la dinámica laboral y una cosa es el deseo y otra es la realidad y hay que responder al día a día».
¿Ha cambiado su manera de pintar desde el principio hasta ahora?
«Si, cuando miro mis primeras pinturas me doy cuenta que he cambiado, pero más que mi manera de pintar cambié mi estilo de vida y con ello, cambió también mi pintura: antes pintaba tonos más oscuros, creo que tenía que ver con las condiciones de vida que llevaba, los miedos, las angustias, las inseguridades, las inquietudes. Después mi vida cambio y no me había hecho consciente que mis pinturas también cambiaron: los tonos pasaron a ser más vivos, más armónicos, cálidos y suaves. Otro cambio es que las figuras femeninas siempre volaban las cabezas y no tenían expresiones: ahora logro conectarlas y algunas tienen expresión en sus rostros».
¿Ya has pintado a pedido?
«No, he realizado tres exposiciones una para recoger fondos para la fundación donde laboro, pero como era en un barrio popular, se vendió muy poco: lo positivo fue la reacción de la gente al ver la exposición. Después realice una exposición en la escuela Macrino de Alba (Italia), pero al parecer la situación económica no da para invertir en el arte. La otra exposición la realicé en la casa de una amiga en Paris (Francia): se promovió también para recoger fondos para la fundación, pero nuevamente fueron pocas las ventas, pero mucho el aprendizaje: las apreciaciones de la gente sobre mis pinturas me estimuló y me producía mucha alegría, sentir que el colorido y el movimiento propicia reflexiones sobre mi personalidad: a la conclusión que llegaron muchos es que yo era muy solar».
¿Qué es pintar para Cecilia?
«Pintar para mi es la posibilidad de desconectarme con el mundo real y volar con la imaginación, nunca realizo un boceto, nunca pinto cuando estoy de mal humor o en condiciones de tensión, nunca pinto a presión y siento que todo en la vida tiene un tiempo y mi tiempo es cuando todo mi ser dice voy a pintar, no hay plan, no hay horario, puedo quedarme hasta la madrugada pintando, porque el tiempo pasa a otro nivel, solo existe mi pincel, las pinturas y mi lienzo y desde luego existo yo con el único objetivo de vivir y gozarme ese momento, cada movimiento del pincel hace que surjan ideas y propuestas que se van concretando en la mezcla de colores y la danza de las formas y ambos, la danza y el color, me despiertan sentimientos y emociones».
